El niño de la cometa.



Mientras el tiempo se me pasa y la mar de gente rumbo a su trabajo va. Yo me distraigo, algo me distrae,  veo una pequeña tela de color verde flotar en el cielo ¿Una cometa?, hace mucho tiempo que no veía una en el cielo. No se porque me dejo llevar, empiezo a buscar el origen de ese hilo que parece de cristal . Empiezo a flanquear personas que con apuro van, al trabajo  seguramente, lugar donde debería ir, pero no puedo resistir mi impulso. 


Logro llegar a un parque que parece abandonado, ahí veo el origen del hilo que sostiene a la cometa en el cielo. Es un niño que entre sus manos tiene un carrete, y dirige a su juguete volador, evitando que este pueda chocar. Da tanta ternura verlo ahí, parado jugando, tan inocente, tan frágil. Me siento un poco nostálgico, los adultos siempre vemos en los niños el reflejo de lo inocentes que fuimos alguna vez. 


Mientras lo veo jugar, el niño gira su cabeza y me lanza una sonrisa pura, una sonrisa que los adultos no podemos obsequiar. Algo me dice que me acerque, por lo general le haría de la mano y me iría, pero tengo el impulso de pasar un momento con aquel niño, somo si se tratara de mi propio hijo. Me acerco a el con una sonrisa, una sonrisa que a mi mismo me sorprende, me siento feliz. 


El niño se da la vuelta y lo veo con claridad, tiene un pelo rubio reluciente, son hebras de oro; una sonrisa que parece un collar de perlas; y ni hablar de sus ojos, unos hermosos ojos color café que en sus pupilas muestra la puerta al mundo de lo sueños, un mundo donde lo imposible es posible y donde los adultos ya no podemos entrar o eso es lo que me han enseñado después de a los 18 llegar "debes ser responsable" "debes dejar de andar en las nubes" "los sueños no se hacen realidad, mejor dedícate a trabajar". 


-Hola.-Me dice el pequeñín con una sonrisa, rompiendo el silencio y mi ensimismamiento. 


-Hola.-Digo con un gesto de leve de mano. 


-¿Que haces aquí, vienes a jugar? 


-Ah no, solo estoy de paso, de hecho ahora mismo debería ir a trabajar. 


-Ohhh lo entiendo, así es mi padre, siempre trabando. Asi son todos los adultos, todo se trata del trabajo y caras de enojo ¿por que no trabajan un poco mas en ser felices?.- Su carita reflejaba un ligero tono de tristeza. Sus palabras calaron en mi interior, me sentí un poco tonto a lado de ese niño, así que decidí quedarme un poco mas  Nunca llego tarde al trabajo, llegar un día un poco atrasado no tiene nada de malo. 


-Pero trabajamos justamente para eso, para ser felices y hacer felices a quienes queremos. 


-No me parece que sean felices, siempre se los nota apurado y mal humorados. Casi nunca sonríen y si lo hacen, lo fingen. Siempre cargados de preocupación, llenos de frustración, parece que vive peleando razón y corazón. Si el trabajo es su concepto de felicidad, creo que su concepto de felicidad esta errado.-que niño tan sabio, jamas pensé que un niño me podía dar consejos de felicidad. 


-¿Y que es la felicidad, pequeño?. 


-Pues no estoy muy seguro ¿jugar? ¿cantar? ¿un juguete nuevo? ¿poder ver a las personas que quiero y pasar tiempo con ellos, cualquier cosa que me haga sentir...-Penso un poco con un dedo en el labio.- libre. Y no creo que el trabajo los haga libres en verdad, yo creo que solo son unos esclavos mal pagados. 


-Jajajaja me llamaste esclavo. 


-Lo siento. 


-No, no te preocupes. Solo me parecieron palabras fuertes para un niño ¿seguro no eres un anciano en el cuerpo de un niño de 10 años? 


-No creo, señor. 


-Eres un buen niño. 


-Mi papa dice que hablo mucho. 


-Pues creo que si, pero hablas cosas que vale la pena escuchar. 


-Gracias.-dijo con una hilo de ternura en su voz. 


-Gracias a ti, pero cuéntame mas.


-¿Que mas quiere saber señor? 


-Jajajaja no lo se,  ¿que quieres ser de grande? 


-Yo.. yo quiero, no lo se muy bien quizás astronauta, pero quiero algo que me haga feliz. 


-Creo que debes elegir pronto, puede que en tu indecisión, te conviertas en un esclavo mas. 


-Entonces, quiero ser un soñador, quiero inspirar a los demás y forjar mi propio camino a la felicidad. -eran las mismas palabras que le dije a mi padre cuando me dijo que quería que yo fuera un abogado. 


-¿Cual es tu nombre, pequeño? 


-Adrian, mi nombre es Adrian.-Me quede sorprendido mi nombre también es Adrian.


-  Que bonito nombre, ¿por que estas aquí solo?. 


-Porque hay un soñador que creció y perdió su razón de ser, su motivo para luchar...-el niño parecía ensimismado sus ojos parecían vacíos, como si miraran todo y nada a la vez.-perdió todo aquello que lo hacia especial. El se perdió a si mismo en la cotidianidad, diciéndose, mas bien mintiéndose,  que esa es la verdadera felicidad. ¡Mentira! simplemente se canso de luchar, vendió sus sueños a cambio de una cómoda esclavitud. Empezó con el objetivo de trabajar para  vivir y termino viviendo para trabajar. Pero aun no es tarde, los sueños pueden renacer, siempre y cuando volvamos a creer. Ese soñador perdido eres tu, ese soñador soy yo. 


En ese mismo momento cayo un rayo, desvié mi mirada hacia la cometa, la cual ahora estaba en llamas. Cuando volví mi mirada hacia el niño, este había desaparecido, se esfumo. 


Extrañado y sin capaz de dar una explicación a lo que había pasado fui a ver la cometa que estaba tirada en el suelo casi deshecha. Si la cometa esta ahí, entonces el niño fue real. Me acerque a los restos del juguete volador y en una de sus pequeñas varas de madera, que la conformaban, vi una gran "A". Entonces recordé que de niño yo tenia un cometa igual , verde y que volaba mas alta que ninguna otra, pasaba todas las tardes jugando con ella. Era uno de los hobbies que mas disfrutaba, aveces dejaba de hacer deberes para poder jugar con mi cometa. La quería tanto que le escribí la inicial de mi nombre en ella para que nadie me la pudiera robar. Mi padre un día vio mi libreta de calificaciones, estallo en furia y decidió quemar mi cometa verde, no le importo que le rogara "papa, ya lo haré bien lo juro" "papa, perdón". Destruyo mi juguete preferido "estudia, jugar y soñar a nada te va a llevar" "deja de andar en la nubes" "ponte a estudiar, sino seras un bueno para nada" . Y ahí empezó todo deje de preocuparme por mis sueños y empece a preocuparme por satisfacer a mi papa, a seguir su ideal de felicidad "estudia, trabaja, saca un titulo y endeudate" claro que eso no cubría depresión,  melancolía y uno que otro vicio que se adquiere con el tiempo para aliviar una que otra pena. 


Me agache y agarre la cometa, debajo de esta había un charco de agua. Algo en el charco me paralizo, vi una figura, mirando mas detenidamente que era mi reflejo y me vi mas viejo que nunca. La cara demacrada, el gesto de la boca caído, señal del mal humor en el que vivo sumido; mis ojos habían perdido su luz, la entrada al mundo de los sueños, ahora lucían vacíos, consumidos; mi sonrisa ya no era brillante, ahora lucia un colo amarillo, producto de mi vicio con los cigarrillos; y mi pelo ya no era rubio, era canoso y opaco. El estrés, el trabajo y los desvelos, luchando por anhelos ajenos a mis sueños se han llevado todo lo bueno del soñador que fui de niño. En ese espejo de agua vi al niño de la cometa, envejecido y carente de la energía de los sueños, mi vi muerto y perdido. ¿En esto es en lo que me he convertido? esto es lo que seguir el sueño de mi padre me ha traído. 


En ese momento de revelación escuche la voz del niño en mi oído "aun, no es tarde".                  Entonces sonó la alarma me había quedado dormido.  

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