Una actuación mágica



—Te dije que íbamos a llegar tarde si te preparabas ese ramen.


Hyejin, que estaba calentita y contenta, sorbiendo la sopa de su ramen de pollo mientras caminaban hacia la puerta del recinto, le sacó la lengua a Wheein.


—Yo propuse echarle agua hirviendo de la ducha, pero Byul no me dejó...


—Eres una rarita, tía —le dijo Moonbyul con una sonrisa.


Quién le mandaría ser la única adulta en aquel grupo... Afortunadamente solo habían llegado unos minutos tarde, así que las fans no habían estado esperando demasiado. Inspiraron hondo e, instantáneamente, Wheein y Hwasa se miraron los tatuajes, los que las designaban como mitades de un todo. De las tres, solo Wheein había encontrado a su alma gemela, Taehyung, en su día un nuevo dependiente del Starbucks de enfrente de la compañía. Hyejin y ella seguían buscando.


Moonbyul ni siquiera podía mirar, su marca estaba encima de su cadera.


Corrigieron su postura y, en cuanto entraron, escucharon a una chica de última fila decir:


—Voy a cantar tan bien que ganaremos el concurso. No vamos a tener ningún problema.


Hyejin no pudo evitar reírse por lo bajo, aunque no con maldad, por supuesto. Encontraba adorables a los fans con tanta determinación, aunque Moonbyul debería haberla parado antes de que exclamara:


—¡Vaya, por aquí tenemos a una candidata con mucha confianza!


La chica que lo había dicho se giró como a cámara lenta, con el corazón en paro cardíaco. Era preciosa, tenía el pelo castaño, ondulado y muy largo, y un adorable lunar bajo la ceja que la diferenciaba de las demás. No obstante, el susto le había puesto la cara blanca y tenía el horror pintado en el rostro.


A su lado, otra chica boquiabierta la cogió del brazo, y se le pusieron los ojos de corazón mirando a Hyejin. Su amiga miraba a la desconocida con una ceja alzada. Al ver que no iba a contestarle, más que nada porque a la pobre no le salían las palabras, añadió con la voz un poco más suave y claramente bromista:


—¿Se te ha comido la lengua el gato?


—Déjala en paz, Hyejiiin.


Wheein la empujó por detrás y le lanzó una sonrisa de disculpas a la chica mientras se la llevaba hacia delante. A Moonbyul casi le entró la risa, pero se concentró en mantener un rostro amable. Pronunció una brevísima disculpa y se subió al escenario junto a las otras.


Las presentaciones fueron igual que siempre, pero, antes de hacer nada más, Moonbyul anunció lo que todas anticipaban:


—¡Ha llegado el momento del concurso!


Explicaron las instrucciones entre todas y las animaron de manera sincera. Ya habían hecho aquello varias veces a lo largo del año, y había sido muy divertido. En algunos fanmeetings había grupos buenísimos, que bien podrían haber sido idols de habérselo propuesto. En algunos, el nivel estaba más igualado. A Wheein y a Hyejin les gustaba hacer apuestas sobre quién creían que iba a ganar solo con mirar a los grupos, a quienes les estaban dando los números para indicar la posición en la que actuarían.


—Esas tres chicas tienen buena pinta, ¡se han vestido muy bien! —comentó Wheein del grupo que se estaba preparando para subir al escenario.


Eran las primeras, y se las notaba nerviosas mientras cogían los micrófonos de mano y respiraban profundamente. Era verdad que su vestuario era muy acertado para Starry Night, la canción que iban a interpretar, pero Hyejin negó con vehemencia.


—Esa chica castaña dijo que ganaría, ¡yo confío en ella!


El turno de la chica por la que apostaba Hyejin no llegó hasta el final. Subieron su amiga, la morena que miraba a Hyejin como si fuera la luz de sus días, y ella. De repente, la sala comenzó a gritar de emoción, y las señalaron con los dedos mientras murmuraban. A Moonbyul le pareció escuchar algo de "Irolar" y "Butiuv"... Al final Wheein tenía razón y se estaba quedando sorda de escuchar música las 24 horas del día.


—¡Hola, chicas! —saludó al público la morena, que se había quitado el abrigo para revelar su bonito conjunto de pantalones y chaqueta negros. Tenía las mejillas sonrojadas y una sonrisa de pura felicidad en la cara—. ¡Y buenos días también a las juezas!


—Somos Irene y Solar —continuó la castaña con energía y confianza, e hizo que el público se volviera loco. No había un ápice de nervios en su bonita voz. Ella llevaba la versión con falda del conjunto de la morena, y le sentaba como un guante. ¿Pero quiénes eran esas chicas?— Y vamos a cantar Décalcomanie. ¡Esperamos que os guste!


Las dos amigas intercambiaron una mirada y asintieron, como diciéndose algo que solo ellas entendían, y le hicieron un gesto al encargado de la música.


La canción empezó bien, había que reconocérselo. Habían cambiado las voces para ajustarse a dos personas en lugar de a tres, y habían complicado un poco la coreografía para hacerla aún más seductora. A Irene se la veía inmensamente concentrada mientras bailaba y rapeaba, mientras que Solar parecía más centrada en clavar cada una de las notas. Ambas parecían tener mucha práctica e interactuaban mucho con el público, lanzaban sonrisas encantadoras que derretían a las fans, les guiñaban el ojo... No tenían miedo de moverse por el escenario, y la seguridad que derrochaban era muy atractiva. ¿De dónde narices habían salido aquellas chicas? ¿Se les había colado un grupo nuevo de idols para hacerles la competencia...?


Se le iban los ojos sin querer a la castaña. Antes no le había parecido más que una chica intimidada por su presencia, pero sobre el escenario derrochaba carisma y, para qué negarlo, estaba muy sexy. Habían escogido la canción perfecta para ellas. Wheein y Hyejin, que habían estado comentando las demás presentaciones, se habían quedado mudas.


Aunque no tan mudas como cuando Solar se apartó el pelo del hombro derecho antes de cantar la última nota, y vio el tatuaje que llevaba en el lado del cuello. Solo le hizo falta un instante para reconocerlo.


Era el suyo.

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