España se despertó con el aguinaldo de papa noel en forma de carta en su buzón. A todos y cada uno de las españoles residentes en España les aguardaba una sorpresa.

El día fue despertándose y las cartas se iban abriendo y desapareciendo. Muchas personas paseaban por la calle con cara de asustados o perseguidos, mirando hacia un lado y hacia otro. Otras portaban la sonrisilla picaresca con la que iban saludando incluso a las personas que no conocían, como haciéndolos cómplices o partícipes de lo que iba a ocurrir.

Fue inevitable, que algunos barrios donde el vecindario mantiene una relación muy estrecha, alguna que otra 'cotorra marujona' comentase la noticia con la vecina, pero enseguida llegaba el marido u otro vecino mandándolas a callar con la prudencia que este tipo de personas no poseen. 

Aquel día se pareció mucho a cuando utilizaron a la población española para hacer un estudio sociológico sobre el 'boca a boca' con la noticia ficticia de Riqui Martin y el perro de la mermelada. Soltando la noticias en focos determinados y esperando que se extendiese para que en menos de un día toda España fuese conocedora de ese rumor, extendido recuerdo, sin internet ni redes sociales, única y exclusivamente a través del boca a boca.

En este caso era a la inversa o el más difícil todavía, en lugar de hacer que todo el mundo asumiese un rumor como cierto en menos de 24 horas, había que transmitir una noticia, que la gente se la creyese, pero que nadie la comentase. De manera que todos conozcan algo que nadie cuenta. Pero si se consiguió lo primero, ¿por qué no iba a conseguirse lo segundo?

Hubo varias muertes. En concreto todos los sujetos del tipo 4, y casi 300 personas del tipo 3 que tuvieron que ser ejecutadas por hacer peligrar el secreto de la noticia, intentando transmitirla a algún conocido de fuera de España, o por motivos varios. No hay resultados sin sacrificios, ni consenso sin sesgar las malas hierbas.

A medida avanzó el día, la comunicación no velada o subliminal fue aumentando:

HIJA: ¿Mamá donde vas?

MADRE: Voy hacer unas gestiones del banco....

HIJA: Toma todo mi dinero también....

Ambas se miraron, se sonrieron y sin decir ni una palabra más, la madre cojió los ahorros de su hija y se los llevó junto a los suyos.

Eran inevitables algunos comentarios sobre el proceso de ingreso, de apuestas... en personas de perfil bajo o que desconociesen el mundillo, esto era un asunto nuevo y no sé si decir complicado, y de alguna forma u otra necesitaban ayuda sobre el proceso. 

La gente se fue ayudando entre ella sin dar muchas explicaciones, para ir completando todo el papeleo burocrático de ingreso.

Quedaba ver cómo iba a encajar el resto del mundo lo que estaba apunto de suceder.