Parte 2

                      — Levántate— dijo 


                     — Es demasiado temprano— dije, aunque desde hace unos minutos yo estaba despierta


                     — Sabes que no es así— dijo y era verdad, ya se me hacía tarde .


Me levanté y me metí a la ducha, cuando terminé empezó mi alarma al ritmo de symphony una hermosa canción— una viejísima canción—, mi preferida para comenzar el día, y para recordarme que ya era tarde. Me cambié rápido, con una chaqueta y unos jeans y una blusa, puse mi móvil en mi chaqueta y aún con mi alarma bajé a la planta baja. 


           —¿Nos vamos?—dije


           —Aún no te haz peinado—dijo mi padre— y traes baba seca—completó con voz de desagrado


           —¿Y es sexi?—pregunté


           —Como para vomitar—dijo


           —Que romantico Alex—dije, él frunció el ceño


           —Soy tu padre jovencita—dijo apuntando con su dedo índice


Él se alejó con su laptop en mano y salió, yo tomé una toalla húmeda y me limpie y me subí al auto de mi padre, saqué de la guantera un cepillo, mi padre siempre lo llevaba ahí para mi, siempre se me hacía tarde.


           —Hoy hay junta en mi escuela....creo—dije abriendo los ojos más de lo normal


           —¿Sobre?—dijo sin mirarme, manteniendo su vista en la carretera


En ese momento empezó Shine on me— una canción aún más vieja, a decir verdad siempre escuchaba canciones de la era de mi padre—, yo me empecé a mover, haciendo mi intento de baile.


           —No arruines mi canción—dijo serio, auque los dos sabíamos que sólo era parte de nuestra rutina. 


           —¡Shine on me!¡ta ra ra ra!—grité


           —¡Shine on me!¡ta ra ra ra!¡Shine on me!¡ta ra ra ra! —gritó el también


Al llegar me bajé junto con mi mochila y material para un regalo del día de las madres, aunque yo... no tenía madre, es decir, sí tuve, pero... murió cuando yo tenía dos años, no me gusta entrar mucho en detalles, y ami padre menos.


           —Olivia—dijo mi novio besándome, yo lo alejé


           —Mi padre aún no se va—dije, él volteó a atrás y saludó a mi padre, este ultimo solo levantó su cabeza.


           —¿Qué es eso?—dijo apuntando la enorme bolsa llena de material


           —Regalo del día de la madre—dije aturdida


           —¿En serio?, ¿que la maestra no sabe?—dijo mirándome


           —Sí, pero dice que debo trabajar en esa actividad, que siempre puedo dárselo a alguien más—dije con cierto punto de irritabilidad.


Luego sólo me ayudó a escoger la persona correcta para dárselo: se lo daría a mi abuela, pero vive lejos  o alguna de mis tías, pero igual viven lejos y... de la familia de mi madre, no sé mucho de ellos, nisiquiera de mi madre.


No sé porque murió,  como, nisiquiera datos sobre ella, y nunca le he preguntado a mi padre, aún recuerdo sus depresiones cuando yo era niña. Mi padre ha sufrido mucho, y me deprime saber que lo sufrió en silencio, nunca me he acercado mucho a él en ese sentido, soy muy unida a él, pero no sé mucho y menos de mi madre. Me gustaría saber o al menos recordar momentos con ella, pero no recuerdo nada, sé que no era lo suficientemente grande cuando ella murió, pero tenía dos años y debería recordar algo de ella, y apenas sé como es su rostro gracias a las fotos que tiene mi padre. 


Al terminar las clases yo y Héctor, mi novio, nos dirigimos a mi casa, mi padre este día no pudo recogerme, el trabajo demanda mucho tiempo de su vida, al llegar a mi casa preparé palomitas y vimos una película en la sala—estaba estrictamente prohibido verla en mi cuarto, y más si estábamos solos, por lo mismo en casa no teníamos televisión en ningún otro lugar, mi padre me cuidaba mucho en ese aspecto, de hecho para que Héctor viniera a mi casa tuvo que hablar con mi papá—.


           —Y ¿cómo te fue con la maestra?—preguntó cuando le di su lata de refresco


En ese momento sonó el teléfono de casa, supuse que era mi papa.


           —Espera— dije poniendo mi lata en la mesa de centro— ¿Bueno?—dije 


           —Hola, iremos el día de las madres con ustedes, prepárense, viene toda la familia, ¿sabes? no tengo mucho tiempo ahora mismo debería estar firmando algo, te dejo, chao—dijeron del otro lado de la línea, luego colgaron 


           —¿Quién era?—dijo Héctor


           —Por su voz mi tía—dije colgando


           —La psicóloga?—pregunto, yo negué—La que trabaja con tu padre, ¿en la misma empresa?


           —Esa misma—dije  dejándome caer al sillón—Vendrán para el día de las madres—dije


           —Al Menos ya tienes a quien regalarle—dijo sonriendome


           —Sí, pero no será divertido ver como todos mis familiares celebran a sus madres —dije haciendo fuerza en la mandíbula


Él preguntó si podía preguntar sobre la muerte de mi mama, pero le respondí que no, no porque no quisiera, sino porque no sé mucho, me preguntó que si no me llamaba la atención saber, y sí si me llama la atención, pero me da miedo lastimar los sentimientos de mi papá, me dió una idea: investigar —aunque suene tonto— sobre su muerte, y cuando vengan mis familiares preguntar. Una buena idea.

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