Capítulo. 1 '' Presentaciones ''






Y así fue como Carlos pudo salir con vida de aquel infierno de metal, ups, ahora no estarás entendiendo nada, pero, espero que, en un futuro, en el cual ya hayas acabado este libro, lo entiendas y leas de nuevo este párrafo y pienses; Ahhhh, ahora todo encaja. Esa será mi misión durante todo el libro, sorprenderte y fascinarte, bueno, empecemos con la historia:


Todo empezó una tarde de vacaciones de navidades, de un curioso, chistoso y joven cubano de veintiún años residente en Miami. Buscaba algo que hacer, investigando e investigando encontró una vieja máquina de escribir, se sentó para escribir algo, tal vez un pequeño texto o tal vez para cumplir su sueño, escribir su propio libro, siempre había pensado en ese libro. Sería sobre un joven pero experimentado espía norteamericano de veintinueve años llamado William Harris Porter, O más conocido en la profesión como; The Knight, El Caballero para los no entendidos, sería apodado así porque sería el espía más elegante que se había visto pasar por Washington D.C. Él sería la apuesta más segura y a la vez la menos adecuada para un trabajo sólo diseñado para un espía, porque The Knight sería tan perfecto, genial y gran espía como traidora, calculadora y fría persona. Él sería el mejor para el negocio, pero sólo su propio negocio, aunque tú fueras el que le pagara tu siempre tú estarías trabajando a su gusto y corriente, simplemente estarías trabajando para él. Volvamos a Carlos, cuando se sentó a escribir, tras pensar y recordar todo lo ya mencionado, empezó a escribir, y adivinas que escribió ¿no lo sabes? ¿seguro?, pues mira unas líneas más arriba, si, escribió la presentación de su personaje; William Harris Porter o más conocido como... sí, eso que estás pensando, The Knight, tras la presentación pensó en escribir un día normal en la vida del espía más temido del país. Empezaba tal que así: William se levantó de la cama, fue a su gran cocina moderna pero de un clásico color marrón, abrió la nevera casi vacía y agarró lo primero que vio, casualmente era un té helado sabor melocotón, él odiaba ese sabor, pero en ese día, aunque él aún no lo supiera, tendría que volver a probar ese odiado sabor de melocotón, se sentó en el sofá y encendió su televisión y se puso a ver de forma aburrida y desganada un programa que trataba de jóvenes talentos mientras se desesperaba porque alguien hiciera que su novedoso teléfono móvil se estrenara con una llamada, aunque fuera de trabajo, porque lo único que necesitaba nuestro espía en ese momento era tener una excusa para poder hablar con alguien y salir. Tras acabar el programa empezaron los informativos, con las diarias noticias sobre niños, datos y animales, pero junto a esas noticias le esperaba una grata y salvadora sorpresa, Por fin tras años de guerra verbal y desacuerdos, los Estados Unidos y Cuba volvían a ser una, lo que le servía a William poder volver a su antigua fama de espía cubano, básicamente le significaba más trabajo a Bill, para ser claros, The Knight volvía a las andadas.


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