Cartas Anonimas

Cartas Anónimas

Viernes 1 de Octubre de 2015:
Hola, te contare lo que necesitas saber de mí, te lo diré de una manera suave, soy demasiado tímida, y por eso logran manipularme fácilmente. Tengo una fragilidad única respecto con mis sentimientos, casi siempre cundo estoy a punto de llorar, para que no queden al descubiertos mis sentimientos, respiro profundo y me pongo las manos en el pecho para sentir un dulce palpito de mi corazón. Igual (por mala suerte), dejo señuelos de mi desesperación al ponerme roja, mi rostro rojo es delator.
Cada vez que me usan o se burlan de mí ya sea robándome cosas o insultándome, yo me culpo y me castigo con un suave látigo contra mis delicadas muñecas.
No le cuento a nadie sobre mis problemas o adicción (a la maldita droga que le dan a mi madre por su "trabajo sucio") pero puedo desahogarme con cuadernos pintados con el rojo de mi sangre escritos con poesía de un alma que ya no tiene salvación, ya no me queda ni una lagrima.
A veces pienso que sería mejor acabar con mi repugnante vida así mis padres se desocupan de una boca que alimentar, o escaparme y seguramente morir a la semana atropellada por un camión conducido por algún ignorante ebrio, pero luego recuerdo a esas personas a quienes no les caigo bien y decido vivir un día más para ver sus tristes caras al verme entrar por la puerta despintada del salón de la secundaria.
Esta es mi primera carta y tú eres un completo desconocido pero presiento que nos llevaremos muy bien.
Así será las cosa amigo, yo te enviare una carta por semana y e contare como me fue y tú la recibirás, la leerás pero no me contestaras, no quiero ningún vincula contigo, solo necesito alguien al cual recitarle todo lo que llevo dentro, ¿de acuerdo?
ATTE: Tú amiga...