¡En serio!

¿Alguna vez nos hemos sentido que no tenemos ganas de hacer nada? Seguramente sí, porque yo lo he sentido. Pero, ¿sabes qué me ayudó? Seguramente no, pero yo te lo voy a enseñar. Primeramente, me presento, soy Handrea con H. Lo sé, es muy raro, pero mis padres solo me dicen que fue algo que se les vino a la mente, algo original.

Ahora sí, empecemos...

Podemos imaginar que cuando nuestros padres se enteraron por primera vez de nuestra existencia, de nuestro ser en formación, es casi seguro que derramaron lágrimas de alegría incontenible. En ese momento mágico y trascendental, cuando se dieron cuenta de que dentro de ellos crecía el fruto tangible de su amor, una vida que era no más grande que un diminuto grano de arroz o quizás solo una pequeña mancha de sangre en un test de embarazo, debieron haber sentido una maravilla indescriptible. Aquel sentimiento de alegría, tan puro y nuevo, tan inundante y abrumador, es algo que, podemos apostar, nunca antes habían experimentado en su vida. Aquello fue más que felicidad, fue la certeza de un amor hecho carne y hueso, la promesa de un futuro lleno de nuevas experiencias y la ampliación de su amor hacia un ser que sería parte de ambos.

Puede que estén pensando, a lo largo de nuestras vidas, desde que somos pequeños, atravesamos una serie de situaciones y circunstancias, algunas alegres, otras difíciles, que a veces nos llevan a cuestionarnos el propósito de nuestra existencia. Nos preguntamos a nosotros mismos, ¿por qué estoy vivo? ¿Cuál es el verdadero significado de mi vida? Bueno, permítanme compartirles que yo también me he hecho estas preguntas. Yo también soy una de esas personas que ha buscado respuestas a estas profundas cuestiones existenciales.

Aquí estamos, en medio del año 2023, específicamente en el mes de marzo. Después de un largo y tedioso periodo, finalmente estamos saliendo de la sombra de la pandemia que nos ha tenido a su merced durante tanto tiempo. Todos, sin excepción, estamos ansiosos por retomar y disfrutar de aquellas actividades y placeres cotidianos que, por supuesto, no pudimos realizar durante casi tres largos años de confinamiento. El miedo a que un simple roce o contacto nos expusiera a un virus mortal nos mantuvo a raya, encerrados en nuestras propias burbujas.

Esa era la excusa que todos esgrimían, el temor a la enfermedad. Pero, en realidad, detrás de esa excusa se ocultaba una multitud de razones. Muchos utilizaban el confinamiento como una cortina de humo para ocultar la vida viciosa o desordenada que llevaban. Y, no voy a mentir, yo era uno de esos individuos. Me escudaba detrás del miedo al virus para justificar mis propios desórdenes y vicios.

Imagina a esas personas que tienen un vínculo inestable o incierto, como si fueran amigos que envidian tu vida, que intentan eclipsarte con sus actitudes. Estas personas están llenas de pensamientos que no son muy positivos, están llenas de negatividad. En el ámbito académico, sus calificaciones son un desastre total, lo que refleja una falta de compromiso y esfuerzo en sus estudios. Probablemente, estas personas se ven obligadas a escaparse de casa, ya que si piden permiso para salir es muy seguro que se les negará. ¿La razón? Están castigadas por haber perdido un examen, por no haber cumplido con sus responsabilidades académicas. ¿Y sabes qué? En realidad, yo también solía ser ese tipo de persona en el pasado.

EMi vida, al final, era un caos total, completamente carente de sentido. Si me preguntabas qué había hecho durante el fin de semana, mi respuesta era invariablemente la misma: pasé el tiempo comiendo helado, disfrutando de comida chatarra y viendo películas durante todo el día, desde las 9:00 de la mañana hasta la 1:00 de la madrugada. Y, por cierto, solo me levanté para ducharme a las 13:00 porque mi madre me había dado un grito de independencia, con la misma furia con la que me instaba a bañarme, ¡por lo menos!

Sé que mi vida no era precisamente un modelo a seguir, y es precisamente por eso que me atrevo a escribir este libro. Estoy aquí para asegurarte que mi vida dio un giro completamente inesperado. En las páginas de este libro, te mostraré exactamente cómo logré este cambio. Te proporcionaré consejos y estrategias para que tú, que te identificas con mi antigua vida del 2023, puedas transformarte y convertirte en un ejemplo a seguir para los demás. Y no, no se trata de complacer a todo el mundo, eso es imposible. Lo que sí sucederá es que tú, en tu nuevo yo, te sentirás poderosa, invencible, como una verdadera Diosa.

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